Las islas urbanas de calor (IUC) son el resultado de una diferencia significativa de temperatura entre las ciudades y las zonas rurales circundantes, de hasta +10 °C, sobre todo por la noche. Este fenómeno acentúa el malestar térmico, aumenta los riesgos para la salud durante las olas de calor e incrementa el consumo de energía para refrigerar los edificios.

Hay varias formas de reducir la intensidad de las olas de calor:

Aumentar el albedo de las superficies

Un albedo elevado significa una mayor capacidad para reflejar la radiación solar. En las grandes ciudades, la mayoría de las infraestructuras se construyen con materiales oscuros.

Por ello, para aumentar el albedo es necesario utilizar materiales de color claro, como tejados blancos, pinturas reflectantes y pavimentos y calzadas de color claro. Esto reduce la absorción de calor y disminuye la temperatura de los edificios.

Optimizar la emisividad de los materiales

La emisividad es la capacidad de una superficie para devolver el calor absorbido en forma de radiación infrarroja.

Para mejorar la emisividad, hay que elegir materiales claros y difusores, como el hormigón o las baldosas claras. Esto ayuda a enfriar las superficies por la noche y limita la acumulación de calor.

Aumentar la vegetación

La vegetación actúa como regulador natural del calor y contribuye a mejorar la calidad del aire en la ciudad.

Por tanto, es necesario aumentar la cantidad de espacios verdes en las zonas urbanas, sobre todo cerca de los edificios y las carreteras, mediante el desarrollo de parques urbanos, arboledas, jardines y fachadas verdes. Estos elementos mejoran la circulación del aire, proporcionan sombra y reducen la acumulación de calor.

Repensar la morfología urbana (cañones urbanos)

Las calles estrechas bordeadas de edificios altos atrapan el calor y reducen la circulación del aire.

Para remediar este efecto de cañón urbano, es necesario proporcionar más espacio entre los edificios, crear pasillos de ventilación y variar las alturas y orientaciones de los edificios. Esto mejora la circulación del aire y limita el atrapamiento del calor.

Conclusión

La lucha contra las islas de calor urbanas se basa en una combinación de soluciones: una elección juiciosa de los materiales, una planificación urbana adecuada y el fomento de la naturaleza en la ciudad.

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